Después del emocionante día de ayer con la llegada a nuestra clase de un cachito de Polo Norte, hoy en el gimnasio nos esperaba " la nieve" para hundirnos y unas "placas de hielo" menos blandas que podían resbalar.
Hemos comenzado desplazándonos por el espacio en ritmos lentos y rápidos según el ritmo del pandero.
Hemos comprobado que caminar o correr por una superficie en la que te hundes cuesta más. Y que si corremos por el hielo nos podemos resbalar.
Tras explorar este nuevo espacio, nos vamos convirtiendo en algunos animales que creemos que sí viven en el Polo Norte. Trabajamos la expresión corporal sugiriendo algunos animales y nos movemos según creemos que estos se comportarían en este entorno. El oso polar, la foca o la morsa, la ballena, los renos, o los perros polares (Husky), son algunos de los que ya hemos visto en nuestra maqueta...
Después hemos realizado una carrera simulando que íbamos en trineo. Nos podíamos arrastrar por encima de la superficie que quisiéramos. A a vuelta, hemos internado rodar, girando sobre nosotros mismos por la nieve blanda y por superficies más heladas o duras. También lo hemos hecho por parejas, teniendo la pareja que ayudarnos a desplazarnos de la misma manera.
Después de tanto ejercicio, todos sentados en círculo empezábamos a encontrarnos cansados, por ello, pensamos... ¿dónde irían los esquimales después de una dura jornada de caza o pesca?
Enseguida pensamos que ¡al iglú!
Pero... no teníamos ninguno. Planteamos cómo podríamos conseguir un iglú. Enseguida se nos ocurrió que podíamos construirlo con las colchonetas, pero que serían bloques demasiado grandes. Tal vez con los ladrillos de psicomotricidad. ¡Qué buena idea!
Así que nos dividimos por equipos, cada equipo sobre una colchoneta, tendría que ir a buscar bloques de hielo e ir intentando montar cooperativamente el iglú. No fue nada fácil darle forma circular. Lo primero que hicimos fue encajar en línea recta los ladrillo, pero pronto descubrimos que así nunca conseguiríamos formar un círculo.
Entre todos llegamos a la conclusión de que el iglú tenía forma de círculo, que debíamos empezar por abajo o que si colocábamos los ladrillos todos los ladrillos en bloques verticalmente, no quedarían bien unidos.
Después de aprender a colocar ladrillos, se nos ocurrió formar una gran iglú entre todos. Fuimos saliendo de forma ordenada a buscar cada uno un ladrillo y fuimos saliendo a colocarles. En orden, despacito y con mucho cuidado pues constaba mucho trabajo y esfuerzo y no debíamos destrozarlo.
Nerviosos, esperábamos nuestro turno para colocar ladrillos e ir viendo cómo avanzaba nuestra gran obra...
Sin embargo, pronto vimos que construir un iglú no era tan fácil como nosotros pensábamos. ¿Cómo conseguirán hacer el tejado sin que se caigan los ladrillos? Nosotros no hemos podido continuar, pero hemos aprendido a valorar el trabajo de aquellos que construyen grandes obras.
Y nos gustaría saber cómo terminan los esquimales sus casas.
Papá, mamá ¿podéis ayudarnos desde casa a buscar información sobre cómo consiguen terminar de construir el iglú?
Seguro que con la información que busquemos entre todos salimos de dudas y podemos admirar y valorar más este trabajo y forma de vida.
Continuaremos investigando...
No hay comentarios:
Publicar un comentario